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domingo, 24 de septiembre de 2017

EL PODER DE LA MENTE. A PROPÓSITO DE LUCÍA. SEGUNDA PARTE

Si todavía no has leído la primera parte de la historia de Lucía, empieza leyéndola pinchando aquí , para comprender esta segunda y definitiva explicación sobre el caso de Lucía.

Para introducirnos en ella, recopilamos el final de la primera entrada.
Era el 31 de agosto de 2015. Lucía se encontraba emocionalmente muy mal, estaba afectada, con un estado de agobio profundo, ansiosa. Surgió un llanto desconsolado que cada vez iba a más, lo que le hizo sentir poco a poco más ansiedad y angustia, hasta el punto de verse llorando y gritando. Es cómo si Lucía tuviese que hacer explotar todo el malestar vital y emocional que había ido acumulando todo este tiempo y que nunca había compartido con nadie.

Intentó levantarse de la cama. Cayó al suelo, desplomándose sobre el. Intentó ponerse de pie, pero no pudo. La angustia y la ansiedad emocional, brotaron con más intensidad. Nunca había sentido nada así, -"entré en pánico, sentía hormigueos en mi cabeza y la vista la perdía por momentos"-, me contó Lucía. Creyó que estaba por venir lo peor. Pidió ayuda a gritos, pues ella se encontraba en el piso de arriba de la casa, fue asistida y marcharon para urgencias bajo un estado de shock profundo.
Al llegar a urgencias nada había cambiado. Su estado de angustia emocional, de llanto y ansiedad, su crisis de pánico aumentaba conforme el tiempo pasaba y ella observaba que nada respondía, que todo seguía igual. Salió del coche con ayuda, y fue sentada en una silla de ruedas para su traslado.

"Estuve dos días sin parar, llorando en el hospital. No quería visitas de nadie, no quería que nadie me viese así, me tapaba entera con la sábana. No quería ser vista por nadie. Pensé lo peor, pero mis piernas no me obedecían y no podía hacer nada. Pedí que prohibiesen las visitas. Mi mirada estaba perdida siempre en un punto fijo, justo delante de mi"-
Lucía.

A propósito de Lucía. Un caso Clínico.

La descripción del caso que aparece a continuación, es la experiencia clínica de una persona, que no puede ser generalizada a las experiencias de otras personas diagnosticadas. Lo que se refiere a continuación es intransferible como proceso, y sólo nos puede servir para ilustrar y conocer cómo en esté caso concreto, el de Lucía, ocurrió lo que se describe a continuación.


Recopilación datos del informe clínico.


Datos. Mujer 38 años. Fecha ingreso 31 agosto de 2015.
Motivo de ingreso en urgencias. Debilidad miembros inferiores. 31 de agosto 2015.
Antecedentes personales. Esclerosis Múltiple RR. que ha cursado con varios episodios de neuritis óptica, alteraciones sensitivas leves en miembro superior derecho y fatiga.
Migrañas.
Hipotiroidismo.
Trastorno ansioso-depresivo.
Fumadora de 10 cigarros/día.
Sin alergias conocidas.
Tratamiento inmunomodulador hasta abril desde 2015. Se modifica a tratamiento oral.Además, tiene prescrito farmacología ansiolítica y antidepresiva.
Anamnesis. Una semana antes de acudir a Urgencias, presentó cefaleas, sensación de pesadez y dolor ocular. Un par de días mas tarde, percibió una debilidad progresiva de piernas que evolución a severa en el transcurso de 72 horas. Presentó además sensación de hormigueo y acorchamiento en las piernas, además de la región facial derecha. Alteración visual fluctuante en el ojo izquierdo, y sensación inestable de equilibrio, temblor. No acorchamiento en forma de cinturón abdominal.
Exploración. Sin alteraciones de constantes. Consciente, en estado de alerta y muy ansiosa. Lenguaje sin rasgos disfágicos ni disemtría.
Campometría por confrontación. normal y resto de pares craneales normales.
Balance muscular en MMII con paraparesia de 2/5 simétrica en todos los grupos musculares que impresiona de esfuerzos submaximales durante la valoración y con variaciones sujetas a la distracción. Imposible valorar marcha por paraplejía.
Pruebas complementarias.
Hemograma. Normal.Bioquímica. Normal. Sedimento urinario. Normal. ECG Ritmo sinusal. Sin alteraciones. Potenciales evocados somato-sensitivos. Normales. EMG y estudio neurográfico. Normales. RX de torax. Sin alteraciones.
RM Craneal. Sin y con contraste paramagético. Control evolutivo de la EM sin cambios significativos en el número y extensión de las lesiones desmielinizantes respecto al último estudio mayo de 2014. Tras contraste no se aprecia imagen de hipercaptación por parte de ninguna lesión que sugiera fase inflamatoria activa. No se evidencia lesiones infratentoriales.
RM dorso-Lumbo-Sacra. Alineación conservada de la columna dorsal y lumbar. D9 y D11. Hipertrofia facetaria . No patología Discal. Con administración de CIV no se observan  realces patológicos.
Conclusiones. Potenciales evocados somatosentivos, EMG y RM Medular y Craneal con contraste completa. Normales.
Juicio Clínico. Paraparesia Psicógena Aguda, con datos atípicos en la exploración y con estudios complementarios para un origen central o periféricos. Entre las causas no se puede descartar radicacalmente un brote relacionado con un componente psicógeno.
Plan de Acción. Se prescribe silla de ruedas y tratamiento rehabilitador. Recomendación urgente/preferente por salud mental.

Todo la documentación escrita a continuación no revela datos clínicos que vulneren la confidencialidad y preservan la confidencialidad e identidad de la persona. Además han sido supervisados antes de su publicación por la persona afectada, dando su visto bueno a la revelación de partes de su informe clínico de ingreso, alta y rehabilitación. Se omiten el nombre de todos los fármacos prescritos, refriéndose solamente la prescripción de la misma.


¿Qué le paso a Lucía?

Desde que quedé con ella, por primera vez, y mientras la esperaba para valorarla, no dejaba de preguntarme qué podría haber sido. Hasta ese día, conocía profesionalmente casos de trastornos conversivos y trastornos facticios, pero nunca había escuchado hablar del componente de paraparesia psicógena aguda. Y es que uno, no tiene por qué saberlo todo, hasta el momento que es necesario saber y conocer para poder ayudar a las personas que confían en nosotros.


Para explicar lo que el caso clínico de Lucía expone, aparente normalidad en todos los parámetros que influyen y pueden influir en el proceso médico y de enfermedad de Lucía, he pedido ayuda a diferentes profesionales de diferentes ámbitos y niveles asistenciales, para comprender qué es una paraparesia psicógena. A algunos de ellos, le he preguntado directamente mientras tomábamos un café. A otros les hice unas preguntas concretas y a otros les pedí una explicación comprensible para todos los que pudieran leer esta entrada, sobre qué es y cómo comprender la Paraparesia Psicógena Aguda. Este último caso, es el que le pedí a la Dra. Inmaculada Palanca Maresca, Psiquiatra del Hospital Puerta del Hierro-Majadahonda

Y para comprender bien qué le ocurrió a Lucía, empezamos por el principio. Advierto antes, que puede que esta segunda y última parte sobre la historia de Lucía, sea algo extensa. De forma que pido disculpas por adelantado, aunque intentaré evitarlo.


Dra. Inmaculada Palanca. Psiquiatra
"La paraparesia psicógena es un trastorno que consiste en la limitación total (paraparesia) en forma de parálisis, o parcial (paresia) para mover los miembros inferiores, sin que exista una causa orgánica determinante, es decir una enfermedad médica".

Esta definición aportada por la Dra. Palanca, nos ayuda a comprender que las afectaciones físicas pueden estar desencadenadas por procesos psicológicos.  Sin embargo, nuestra primera opción para explicar qué puede estar ocurriendo es atribuir el síntoma físico a la enfermedad física. En el caso de Lucía, esclerosis múltiple. Y fue lógico pensar por parte de ella, que lo que le ocurrió, estuvo originado por un brote de alta intensidad, pues la sintomatología al ingreso, es muy asumida por otras muchas personas cuando acuden a urgencias por la presencia de un posible brote, como síntomas basales, síntomas que de una forma u otra, se expresan en la mayoría de los casos de las personas afectadas por esclerosis múltiple remitente recidivante.


Según la Dra. Palanca, "en ocasiones la limitación motora puede afectar a todo el cuerpo. La sintomatología que se presenta, no está producida voluntariamente por la persona, y para llegar al diagnóstico diferencial de paraparesia psicógena, es necesario descartar, que dichos síntomas estén provocados por trastornos neurológicos como puedan ser derivados de un ictus o de la misma esclerosis múltiple".

Por tanto, Lucía que según se ha reflejado en su informe, fue diagnosticada de paraparesia psicógena aguda, presentó una limitación en sus miembros inferiores completa, además del resto de sintomatología, que en ocasiones asociamos a algunas fases del brote de la esclerosis múltiple, hormigueos, acorchamientos, alteraciones visuales, etc., síntomas que según la explicación que nos aporta la Dra Palanca, pudieran no estar producidos por la misma esclerosis múltiple, pese a su gran similitud.

Pero además, la Dra. Palanca, con su explicación nos hace ver, que la sintomatología que presentaba Lucía en la fecha de ingreso en urgencias, no fue producida de forma voluntaria. Esto significa que Lucía, que conoce bien la sintomatología derivada de su proceso de enfermedad, no provocaba ni simulaba los síntomas, lo que implica, que no estamos frente a la presencia de un trastorno facticio, aquellos donde la persona finge los síntomas o procesos de enfermedad de forma intencional y consciente.

Lo que Lucía expresó sintomáticamente en la fecha de su ingreso no fue simulado, ni inventado, fue físicamente real, aunque sin explicación médica-orgánica que pudiera explicar su causa. De forma que la paraparesia psicógena que Lucía sufrió está dentro de los llamados trastornos conversivos, donde la sintomatología es real y por tanto, sus interferencias físicas también.


¿Entonces, qué fue lo que hizo que Lucía no pudiera caminar?

Siguiendo con la explicación que la Dra. Palanca me ha dado sobre la paraparesia psicógena, lo que pudo influir en la exacerbación de los síntomas que Lucía presentó en su fecha de ingreso, pudo ser, y así se desprende de su juicio clínico, "una causa de origen emocional o conflicto psíquico, que pueden ser de origen consciente o inconscientes, generalmente no expresados por la persona, nos aclara la doctora, y que se expresan y manifiestan a través de la sintomatología corporal" 

Por tanto, Lucía al ser diagnosticada de paraparesia psicógena, presentó una causa psíquica y emocional derivada de un posible estado de conflicto emocional que no pudo o supo canalizar adecuadamente, que no compartía con nadie, y que provocó que su mente, siguiendo el símil explicativo en la esclerosis múltiple, se cortocircuitase.


Pero ¿fue suficiente el origen psicógeno para toda esta gran interferencia física?

Según nuestra psiquiatra de cabecera consultada para esta entrada, nos aclara que "es necesario ser muy cautelosos a la hora de establecer y atribuir factores psicógenos, debido a que en ocasiones, no se identifican en la fase de inicio, factores estresantes, es decir, que en ocasiones personas afectadas por trastornos neurológicos pueden presentar causas de estrés que no son causados por su propia enfermedad y por tanto no son identificados por las personas que las padecen". Además en las causas psicógenas, "la exploración neurológica no es del todo coherente con una enfermedad neurológica y las pruebas médicas no muestran hallazgos de daño físico." como ocurrió en el amplio espectro de pruebas complementarias que aparecen en el informe de Lucía, donde todos sus hallazgos fueron normales y sin alteraciones significativas, descartándose incluso la presencia de un brote por proceso de desmielinización activa.


¿Puede la mente generar ese nivel de "desconexión" por estrés emocional?

Sin duda, la respuesta es sí. El caso de Lucía es sólo un ejemplo de entre tantos, que hemos decidido contar en estas dos entradas, pero sin duda hay muchos más.

El tratamiento para estas causas, además del prescrito en el informe médico del caso de Lucía en su plan de acción, es en palabras de la Dra. Inmaculada Palanca, "... psicoterapéutico, favoreciendo el afrontamiento del conflicto y la elaboración mental y emocional del mismo que evite el fenómeno conversivo: la expresión corporal del dolor psíquico. Los trastornos conversivos pueden presentarse a lo largo de todas las etapas de la vida aunque son menos frecuentes en niños pequeños"


¿Qué significa la expresión usada por la doctora, "expresión corporal del dolor psíquico"?

En pocas palabras, viene a representar el control mental sobre el cuerpo. Sin duda, es más conocido el término somatización, o psicosomatización, que es generado por estados de estrés emocional de alta intensidad, ansiedad con criterios muy elevados y falta de regulación emocional que permita neutralizar el malestar psíquico de la persona.

De forma que cuando la mente, se encuentre emocional o psíquicamente saturada, en conflicto como nos dice la doctora, puede alterar físicamente cualquier proceso corporal. Lo que nos sugiere a su vez la importancia de aprender a gestionarse emocionalmente para poder expresar y canalizar la angustia, el distrés, la ansiedad, el miedo y las preocupaciones.

Y así fue, como tras las sesiones prescritas por el facultativo especialista que asistió a Lucía, empezamos a trabajar psíquicamente el afrontamiento del conflicto psíquico y emocional que la protagonista de nuestra historia presentaba. Empezamos trabajando con sesiones de relajación mental profunda, y fue ahí cuando empezamos a observar, que tumbada y una vez que colocarla en posición fetal, por preferencia suya, observamos como digo con sorpresa, una ligera mejoría. Lucía fue capaz sin darse cuenta ella misma, con un movimiento mínimo y  extremadamente frágil de su pierna derecha dibujar lo que pudo ser un paso.
Trabajamos la focalización de Lucía. Se trataba de dibujar en su mente la orden mental de caminar, sin generar movimiento alguno. Era como si tuviese que aprender a caminar mentalmente primero. Una alta concentración y una toma de conciencia plena sobre el acto de andar mentalmente, para poder lograr primero que esa concentración se convirtieses en una  orden mental limpia y sin interferencias de distractores emocionales. Después de esto, el objetivo era que dicha orden se convirtiese realmente en un movimiento de sus piernas, sin importar como de perfecto o imperfecto fuese. Se trataba sólo de intentar dar un un sólo paso, pequeño de longitud, pero inmenso para ella.

Y así fue, como con un gran esfuerzo y concentración mental, Lucía le pidió a su mente que a su vez le pidiese a su pierna, que moviese su pie. La persistencia de esa orden bajo el estado de conciencia plena y concentración, logró, aunque muy débilmente que Lucía dibujase el movimiento de ese paso en el suelo. Apenas sólo levantó su pie por completo del suelo, movió ligeramente su puntera hacia adelante y finalizó su así su primer paso. Apoyada sobre mis brazos como si de las paralelas de la sala de rehabilitación se tratase, nos emocionamos los dos, mirándonos frente a frente, con los ojos brillando en lágrimas de alegría.

Pero nada de esto hubiese sido posible lograrlo, sin el esfuerzo que los profesionales de rehabilitación y Lucía, hicieron para demostrarle a su mente y a su cuerpo, que sabía, y además que podía caminar. Recuerdo cuando por primera vez, pudo recorrer caminando sobre las paralelas en la sala de rehabilitación los seis pasos hasta llegar a la silla de ruedas y volverse a sentar. Lo recuerdo porque Lucía quiso hacerme partícipe de ese gran logro, a través de un vídeo. Yo observaba el movimiento de sus piernas, frágil todavía, un movimiento grueso sin perfección, pero que le hacía avanzar lenta pero muy decididamente. Caminó la longitud total de las paralelas de la sala de rehabilitación y al finalizar, volvió a sentarse en su silla de ruedas, bajo el aplauso de todas las personas afectadas por diversas patologías y de los profesionales asistenciales del servicio.
Lucía supo en ese momento, que podía levantarse de la silla, que le costaría un gran esfuerzo re-aprender a caminar, pero sabía que lo terminaría logrando. Sin embargo, su preocupación fue entonces, cómo sería su caminar cuando terminase la rehabilitación. ¿necesitaría muletas? ¿Podría andar más de seis pasos?

Trabajamos simultáneamente a la recuperación motora de Lucía, toda esa constelación psíquica que generaba estrés emocional y que guardaba para sí misma sin compartir con nadie. Lucía tuvo que hacer frente de forma consciente a conflictos de naturaleza muy personal e íntima, que nunca creyó que fuesen importantes para el control de su proceso de enfermedad y con una gran interferencia emocional en su vida diaria, con una anclaje psíquico importante, que generaban en ella un estado de angustia tan intensa, y un sentimiento profundísimo y enquistado de culpabilidad, que muy posiblemente y con el paso del tiempo a dos años vista de todo aquello, fuesen la causa de su paraparesia psicógena aguda y por ende de su conflicto psíquico.
De forma que hoy mientras recupero parte de esta increíble historia y la escribo; me pregunto a mí mismo ¿puede el sentimiento de culpabilidad generar tanto?

Así fue como Lucía empezó a tomar nuevamente el control sobre su mente. Y así fue cómo su rehabilitación física y emocional provocaron que volver a caminar fuese una realidad para ella. Después vendría todo lo demás, mejorar el equilibrio, caminar cada vez mejor, alargar las zancadas y perfeccionar el paso hasta el punto de llevarlo al estado anterior que tenía antes del 31 de agosto de 2015. Y por supuesto tuvo que aprender a gestionarse y regularse emocionalmente.
Escrito así, parece poco el trabajo al que tuvo que enfrentarse Lucía, pero os aseguro que fue un esfuerzo inmenso, físico y psicológico, que hizo para lograr sus propios "100 metros" . Este fue el IronWoman particular, único e intransferible de Lucía.

Pasó algún tiempo para que Lucía terminase por creer que todo lo que le ocurrió no tuvo un origen orgánico. Desechaba la posibilidad de que la mente fuese tan poderosa, y que sólo el estrés, el miedo y la culpa emocional pudiera ser causante de algo tan grave y profundo como perder la movilidad completa de sus piernas durante meses.  Sospechó incluso de la presencia de un tumor que nadie hubiese visto, pero no, no fue un tumor. Era como preguntarse ¿cómo es posible que la mente no me haya dejado andar, si tenía que haber sido la esclerosis múltiple y no fue?

Hoy 24 de septiembre de 2017, Lucía, diagnosticada de esclerosis múltiple ha recuperado por completo el estado físico anterior al 31 de agosto de 2015. Su nivel de autonomía funcional, es completa. Mujer trabajadora y madre, hace frente como cualquier otra persona afectada a la diversidad sintomática que su proceso de enfermedad física genera, a las interferencias medicamentosas que los tratamientos de primera línea le provocan, y a la sintomatología psicológica que el proceso de enfermedad le genera. Lucha como cualquier otra persona contra la presencia de los brotes, sensitivos, medulares, motores, oculares, e intenta de la mejor manera que puede y sabe, a veces lográndolo, otras veces no, recuperase frente a la discapacidad física del síntoma invisible, la fatiga.

Pero Lucía, protagonista indiscutible de esta gran historia de superación personal, aprendió que su estado de salud física no está exclusivamente en el control físico de su proceso de enfermedad, sino que entendió que la salud física, social y mental, requiere no sólo del control y autocuidado del cuerpo, ya que la mente hasta la fecha, le generó la peor crisis en su estado de salud. Aprendió por tanto a centrase en ella misma, a reconocer la interferencia que pueden tener los conflictos emocionales sean de la naturaleza que sean y vengan de la causa que vengan. Aprendió a exculparse a sí misma sin la necesidad del perdón de los demás, y a gestionar emocionalmente, canalizando al exterior todo el estrés emocional que es capaz de identificar y acumular. Aprendió a comunicase consigo misma y con los demás emocionalmente. Y a veces lo hace sola y sin ayuda, y otras veces lo hace con ayuda, pero lo hace.

"No me imaginaba que podía hacer frente a algo así. No sé de donde saqué tanta fuerza. Supongo que de la misma necesidad para volver a caminar" 
Lucía. 


Bibliografía.
Vaamonte Gamo, J, Gallardo Alcañiz, M.J.,  Cabello de la Rosa, J.P., Ibañez Alonso, R. 2014. Síndromes conversivos en Neurología: características clínicas de 16 pacientes. Salud(i)Ciencia 20, 717-719.
Arias, M. 2004. Trastornos psicógenos:conceptos, terminología y clasificación. Neurología 2004;19(7):377-385.

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Autor del Blog y de la entrada
Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo General Sanitario
NICA 24045 Nº Col AO 04033.
AGDEM
Granada, España.


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